¿Te has hecho esas preguntas? 🤔 Si es así, te invito a leer con atención.
Existen ciertas dificultades funcionales que pueden estar relacionadas con la presencia de un frenillo sublingual corto o disfuncional. En estos casos, es posible observar un patrón inadecuado de succión, respiración y deglución, acompañado de signos como:
Lengua con aspecto blanquecino en el dorso, mejillas o encías.
Escape de leche por las comisuras labiales.
Cansancio durante la lactancia.
“Ruidos” al momento de deglutir, perceptibles incluso por los padres o cuidadores.
Estas son solo algunas de las señales que pueden estar presentes. Sin embargo, cada bebé puede mostrar patrones distintos, por lo que resulta fundamental acudir a un fonoaudiólogo especialista en motricidad orofacial, quien podrá evaluar de manera integral y orientar el mejor manejo para tu hijo o hija.
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Es importante acudir a evaluación cuando existen dificultades en la mordida, ya que estas impactan directamente en funciones esenciales como la deglución y la masticación.
En el pasado se creía que, tras el uso de frenillos/brackets, los dientes inevitablemente se volverían a desordenar con el tiempo. Sin embargo, esto es un mito: los dientes no tienen “memoria”. Lo que realmente ocurre en muchos casos es la presencia de un empuje lingual anterior, es decir, la lengua ejerce presión hacia adelante sobre los dientes, alterando su posición. De igual forma, una mordida abierta puede estar asociada a una interposición lingual, que en palabras simples significa que la persona tiende a “morderse la lengua con los dientes” al cerrar la boca.
Acudir a un fonoaudiólogo permite detectar estas alteraciones y trabajar en su corrección, favoreciendo no solo la salud dental, sino también la función adecuada de la lengua y de todo el sistema orofacial.
¡TODO ESTO TIENE SOLUCIÓN, ACUDIENDO A TU FONOAUDIÓLOGO! 😊